¿Reír o llorar?


Pero, ¿Por qué Trump se acercó a Rusia?
Para nadie es nuevo que Trump y Putin llevan una cierta buena relación desde hace años, incluso el Partido Demócrata los acuso de haber intervenido el sistema informático de las elecciones a favor de Trump en 2016. Eso definitivamente es poco posible especialmente cuando la Federación Rusa siempre ha evitado la intromisión, pero sí es verdad que como ex-agente de la KGB uno, y aficionado a las armas el otro, existe un cierto tipo de convergencia, un lazo si bien no afectivo, sí bastante estrecho que los hace iguales en cierto modo.
Vladimir Putin es un lobo, uno que domina las estepas de la política mundial y puede lograrlo todo solo o acompañado y jamás ha precisado de ayuda alguna, cosa que se puede notar desde 1999 cuando ocupó su primer cargo a nivel presidencial. Putin es un Ex-Agente de la KGB entrenado en muchas cosas de índole militar y marcial así como en artes, idiomas y cultura. Como buen ruso de la era soviética, es un buen jugador de ajedrez y eso lo ha dejado patente en todo lo que hace. Donald Trump es un idiota, ya lo sabemos, pero no es cualquier idiota, es un idiota con visión y de entrada sabe que su amistad con Vladimir Putin dará mejores resultados que la inútil defensa que el occidente hace a Zelensky. Pero echando una mirada, podríamos entender por qué Trump prefiere hacer tratos con Putin y no con la Unión Europea:
Emmanuel Macron: También llamado muy acertadamente como "Napoleoncito" por María Zajárova, vocera presidencial del Kremlin. Macron es un pobre diablo surgido de una educación jesuita y la parte más emocionante de su vida fueron el esgrima a nivel amateur y alguno que otro deporte mal practicado pero sostenido por los profundos bolsillos de sus padres, ambos médicos, su personalidad trató de ser la de un líder en una época de transición y escribió un tibio ensayo literario que pasó de noche: "Memoria, historia y olvido". Libro del que al parecer él mismo no aprendió nada. En resumen, nada interesante detrás de Macron.
Keir Starmer: Con una relativamente exitosa carrera de abogado internacional, sus bases políticas son nacionalistas y desde luego monarquistas. Su máxima experiencia como soldado también se limita a la respuesta militar de Inglaterra a la Argentina por el asunto de las Falkland Islands (Islas Malvinas) y fue licenciado luego de que un obús mal manejado por su propio escuadrón estallara cerca de ellos y lo dejara temporalmente sordo. Un Keir Starmer de veinte años regresó temeroso a su casa después de eso.
Donald Trump es un niño rico comportándose como tal a pesar de su avanzada edad pero al menos tiene la ventaja de tener mucho dinero y eso le permite hacer y deshacer a su antojo... pero no contra Putin. Donald Trump sabe que Putin representa un código de honor y que confrontarse con él sería una gran estupidez y también sería tanto como negar la historia moderna de la civilización alcanzada en 1989 después de la política perestroika de Mijaíl Gorbachov, cuando por cierto Donald Trump logró colocar negocios de su padre y de él en la casi desaparecida Unión Soviética. Lo cual explica en parte el respeto de Trump hacia La Federación Rusa como la conocemos hoy en día.


Es cuanto
Messy Blues
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