Hace tiempo, y en respuesta a mi artículo de “México Ante Una Oposición Enfermiza”, un primo hermano mío (o probablemente prima) respondió anónimamente, palabras más palabras menos, lo siguiente:
"… tú eres un vil pendejete fracasado. Defendiendo a un pendejo igual. Tú no vas a tener una propiedad en Texas ni te vas a ligar a una gringa, eh?..."
Lo cual me hizo recordar aquella base prima establecida por Charles Dickens cuando señaló a un colega escritor que: “La sintaxis es reflejo del intelecto y visión de una persona y puede ser tu amiga o tu enemiga. Si sabes expresarte, te abrirá puertas, pero si robas léxicos y expresiones que te parecieron buenos y los conviertes en tu personalidad, te van a traicionar algún día”. Mira por dónde el Señor Dickens tuvo tanta razón. Decía mi abuelita paterna (y suele decir la italo-mexicana, Magga, abuelita de alguien a quien yo quiero mucho): “Quantísima razón tenía ese Don Carlos”. En cuanto leí el mensaje no pude evitar sonreír. “Realmente hemos llegado a tal división en familia?”. Me llevó a la parte en la que acostumbro, desde hace décadas, utilizar ropa de mezclilla, cabello largo y anteojos de arillo “A La Lennon” que seguramente comencé a utilizar justo por esa razón, el Ex-Beatle John Lennon-) Así mi primo, en su retórica de perfección (Un Rivera debe ser de primera clase), me dijo lo siguiente:
“… John Lennon no va a reencarnar en ti, eh?...”
Como dijo Dickens, la semántica te va a traicionar. Luego entonces tuve algunos días de reflexión en los que analicé en qué partes debo estar equivocado, son muchas acepto, pero creo que la búsqueda de valores familiares debe ser mutua e imparcial. Tan culpable de dicha división seré yo, pero no fue gratuita, por lo que tienen algo de responsabilidad ellos también.
Pero antes de perderme en los reproches en familia, retomaré la orientación del tema que son mis razones para ser izquierdista habiendo nacido en una familia próspera y de muchos valores, lo presumo, pero de bases centro-derecha. Una familia por años afiliada al PRI y, sin que ello sea pecado, no me obliga a hacer lo mismo. Así que esto no es para atacar a nadie de los Rivera pero tampoco busco congraciarme.
El Izquierdismo... existe?
Los ataques contra el sistema actual de gobierno invaden redes sociales, portales de noticias, mensajes por WhatsApp, blogs personales y hasta llamadas telefónicas no solicitadas. No es desconocido el hecho de que existe una abierta y fiera campaña para deslucir los pocos o muchos logros de la izquierda en nuestro país. Es una guerra típica utilizando la Psique de los pocos ilustrados y el Ego de los narcisistas generando el activismo basado en insultos, mentiras y discursos arrogantes contra todo aquel que defienda la figura de Andrés Manuel López Obrador, Claudia Sheinbaum y todo lo que ellos representan. Tal campaña deja al descubierto la violación flagrante y anticonstitucional de puntos de sentido común que los políticos de oposición, y sus simpatizantes, han pasado por alto: el trabajo por el que se les paga. Todos esos opositores y su carne de cañón han invertido millones de pesos y todo un sexenio, en demeritar a la 4T sin haber presentado ninguna propuesta y ningún resultado en sus gestiones personales.
La Derecha, no es tan derecha
El totalitarismo de Franco, Hitler, Mussolini, Idechi Tojo, Stalin, Pinochet, Perón, Porfirio Díaz y otros, no pueden ser considerados por sí mismos como “Derecha”, aunque ciertamente el Nazismo y el Fascismo son “Extrema Derecha”. Existe un intrínseco y complicado capítulo para definir las diferencias y las veras definiciones pero, en tributo a la verdad, la tendencia ideológica de “Derecha” está lejos de poder ser aplicada en regímenes abusivos. En todo caso, también hubo izquierda tirana, si queremos verlos así. Pero en este caso hablaremos de la derecha mexicana, o “Pseudo-Derecha”, al menos algunos párrafos.
La llamada derecha mexicana no es más que el resultado de una posición aspiracionista de criollos mexicano-españoles con bienes en México (y miren que a mí me consta) que ven con buenos ojos la intervención del capitalismo internacional para someter a México en una posición de “Bodega de Recursos” obteniendo así dinero del erario, dinero directo de clientes cautivos, recursos, bienes y territorios propiedad de la nación; y bajo un largo etcétera, convertir todo eso en prosperidad personal sin por ello sentirse obligados a beneficiar a lo que ellos llaman “El Vulgo”. Tal derecha no es más que la colección de pretensiosos que tratan de poseer una imagen de Europeos “White Savoir” definiendo su saqueo como “Administración”, escudándose en prácticas sociales tradicionales como la religión y la familia como base.
Resulta divertido, y hasta algo morboso, que mientras todos ellos se oponen al aborto y al matrimonio igualitario, muchos de ellos practican actividades recreativas que ellos mismos dicen condenar como son el “Intercambio Swinger” con sus parejas y el pago por favores sexuales con sus empleados. El mayor consumo de drogas sintéticas es secretamente hecho, y sujetos a la discreción que el dinero les permite, por muchos “Derechistas” de clase alta, que gritan en sus cuentas de red social que: “Este pinche anciano mentiroso ha hecho crecer al narco!”. Digo, sin clientes no hay tiendas, cierto?. Esos “Derechistas” son los mismos que compran al inspector que amaga con imponer multas a sus negocios, aparcan en lugares reservados, tiran basura en la calle, compran piratería (y mucha de esta legalmente prohibida), privatizan zonas de uso común en sus calles, llaman “Servidumbre” a sus empleados domésticos (y los hacen esclavos funcionales a quienes les ponen un fajo de dinero en la boca para callarlos) y suelen evadir impuestos. Y a un alto nivel de criollos que son más españoles o judíos que mexicanos en cuanto a casta, logran hacer que los gobiernos locales les regalen terrenos en lugares privilegiados y, además, perdonarles los impuestos. Eso no es “Derecha”, perdón, eso se llama “Ser Bastardo”.
La derecha como tal es simplemente la base de una posición social en la que existe un orden conservador que permite que el rico pueda explotar su capital a favor de sí mismo y, en teoría, debe poder beneficiar con salarios, a modo, a quienes trabajan para el poseedor del capital (no necesariamente “Capitalista”). La desventaja de la derecha, en su práctica, es que no está obligada a responsabilizarse por el bienestar integral del empleado. Políticamente hablando, la derecha, la de verdad, busca orientar a la sociedad en función del capital y la prosperidad de quienes administran dicho capital pero también busca establecer el respeto a la forma tradicional de la fundación de una sociedad: “Familia y Principios”, lo cual no es necesariamente malo, aunque sí ha sido muy mal entendido por siglos. Pero es verdad que ni el Partido Acción Nacional ni el Revolucionario Institucional son exactamente “Partidos de Derecha”. No de verdadera derecha.
La Izquierda, ni tan a la izquierda
El término “Izquierdismo” también ha sido bastante mal entendido por siglos, y en México fue satanizado por mucho tiempo después de superado el periodo de la revolución mexicana (más o menos 1930s) y utilizado bajo muchos pretextos. Si bien el Presidente que más se acercó a ser Izquierdista fue el General Lázaro Cárdenas, es cierto que él no militaba con las ideas extremas del izquierdismo que habían inspirado a Emiliano Zapata y Doroteo Arango, Aka Pancho Villa, algunos años atrás. Justo fue la expropiación petrolera la que inspiró a Manuel Gómez Morín a crear el Partido Acción Nacional para oponerse a la misma, presentando su ideario como “Cristianismo Humanista”, yendo contra el laicismo del estado mexicano. Pocos aceptan que Gómez Morín buscaba mantener los privilegios de las petroleras extranjeras en México (algún parecido con la actualidad?) y quería congraciarse con los europeos y los estadounidenses que explotaban el recurso mexicano. Eso anterior no era derecha pero definitivamente en México no había izquierda. Había, eso sí, social-democracia por parte del gobierno de Cárdenas y conservadurismo capitalista por parte de Gómez Morín.
El Nacionalsocialismo Alemán, las bases para la falsa derecha mexicana
Como admirador de José Vasconcelos, Gómez Morín basó mucha de su filosofía de corte sinarquista a las publicaciones pro derecha extrema creadas por aquel, como fueron: Timón, Revista Continental (dirigida por el propio José Vasconcelos), Omega y El Hombre Libre. Todas ellas publicaciones de corte “Derecha Religiosa” opositoras al gobierno cardenista y de franca empatía con el naciente nacionalsocialismo hitleriano de Alemania. De alguna manera, y apoyado por Vasconcelos, Gómez Morín consiguió financiamiento directo por parte de Hitler para fundar su partido pero posteriormente tuvo que solicitar el mismo financiamiento a las empresas europeas y estadounidenses afectadas por la expropiación petrolera, en virtud de que repentinamente Adolfo Hitler se había convertido en el único comprador del crudo mexicano. Dicho asunto resulta todo un paradigma y toda una ironía ya que, mientras el nazismo buscaba establecer satélites cerca de Estados Unidos (y para ello se valió de Gómez Morín), por otro lado no tuvo empachos en buscar al gobierno democrático de Lázaro Cárdenas como proveedor exclusivo de hidrocarburos, especialmente de petróleo refinado. Cuesta trabajo pensar que, en su momento, Adolfo Hitler fue benefactor de la economía de México, aunque es cierto que él mismo estropeó su propia oportunidad al hundir los buques petroleros “Faja de Oro” y “Potrero del Llano” en 1942, razón por la que México declaró el estado de guerra contra Alemania. Y aquí viene lo bueno.
La derecha se pliega disfrazada de oposición solidaria
Lo de arriba resulta un poco absurdo de decir: “Oposición Solidaria”, pero así fue en su momento. Curiosamente tanto los radicales conservadores como los partidarios del sistema (no de izquierda, cabe aclarar) cerraron filas y aprobaron la adhesión del “Escuadrón 201” a las bases Norteamericanas en el pacífico (vaya cosa, el pleito era con Hitler) creando con ello algunas restricciones de garantías individuales que México cargó por años a pesar de que la guerra terminó en 1945 (gracias a los soviéticos, aunque les duela a los de la OTAN) y eso sirvió para que ciertas cúpulas de gente con dinero, casi todos de origen europeo, establecieran las divisiones sociales que generaron otras cosas, en nombre del progreso.
Entre las garantías que, por el estado de guerra, se suspendieron estaban:
- El derecho a expresar inconformidad al gobierno
- La asociación íntima o colectiva que pueda considerarse como sospechosa de espionaje
- Deambular por la calle después de cierto horario siendo menor de edad (toque de queda)
- Marchas y protestas contra funcionarios, gobierno o ambos
- El incremento al salario mínimo
Y por la misma situación se establecieron algunas normas como:
- La propiedad privada deberá cubrir en pagos de impuestos el 30% de su proporcional generada cada dos meses
- La prioridad primaria del Producto Interno Bruto se aplicará a los gastos de gobierno
- Los hidrocarburos y sus ganancias se destinarán a cubrir los gastos de guerra
- La producción metalúrgica y de armamento serán propiedad del gobierno e inversionistas voluntarios (ojo!)
- El salario mínimo colectivo se establecerá con un recorte del 40% durante el estado de guerra
Ahora bien. Todo lo mencionado arriba podría sonar “Histórico” y digno de un museo digital de efemérides mexicanas, toda vez que hoy por hoy México y Alemania llevan una buena relación diplomática pero resulta que, si bien los alemanes superaron su pasado nazi, no sucedió lo mismo con los conservadores mexicanos que aún hoy viven la romántica idea de “Aquellos tiempos del Führer", cuando de acuerdo a ellos México pudo haber pertenecido a la “Gran Nación Aria”. Idea quijotesca que por supuesto no incluía a los mexicanos mestizos ni a los indígenas, solamente a los criollos. Ese México hijo de la Corona española que ellos tanto añoran. Como muestra tengo un botón que a propósito guardé para este caso y es el estúpido “Festejo” tipo pamplona que los panistas establecieron en Salvatierra Guanajuato: La Marquesada. Una cosa espantosa que, como su nombre sugiere, hace todo un homenaje a un marquesado que, se supone, el movimiento de independencia había derrotado con sangre y dolor y, más aún, su creador Rodrigo Carrasco, panista, afirmó en entrevista de radio que: “Con la Marquesada se busca rescatar nuestras raíces españolas”. Si el lector no considera esto como una idiotez, mejor no siga leyendo.
Los conservadores hoy
Aunque mi definición de derecha mexicana ha resultado hasta ahorita un tanto ambigua, deberé destacar que sí existen genuinos personajes de derecha que podrán no comer una torta de jamón con los izquierdistas, pero sí aceptan que una democracia es perfectible. Hay derechistas con un poco de consciencia social que pueden ceder terreno sin comprometer por ello su integridad. Lo único malo es que esos derechistas son bastante escasos.
La llamada derecha mexicana puso al frente personas tan insulsas como estúpidas, arrogantes, narcisistas cuyo concepto de “Patriotismo” se resume al bienestar económico, de ellos no del pueblo, basado en el proteccionismo de Estados Unidos, tal y cómo lo han demostrado todo el tiempo, y en la idea de que la clase alta es la dominante por encima de las demás clases. Si el lector echa un vistazo a la ciudad de México, podrá notar que en toda la zona centro (dentro del circuito interior, valga la redundancia) la gentrificación se ha limitado a personas que puedan pagar altas rentas con otras limitantes adicionales como la presencia de niños, la posesión de mascotas y hasta la prohibición de fumar en ciertos inmuebles destinados a su renta. Aquí y en China, eso se llama fascismo. Exactamente eso define a los opositores de un sistema que busca hacer más igualitarias las oportunidades y derechos.
Durante las décadas de los 1950s, 1960s y 1970s, el PRI creó figuras de “Beneficio Social al Trabajador” como el Infonavit, Seguro social, Fonacot, Conasupo y otros que en su momento funcionaron de manera relativa pero escondiendo un cierto trasfondo de ello. El lector puede ignorar que, mientras los políticos de esas épocas vivían de manera holgada, viajaban, pagaban a sus hijos carreras onerosas e incluso podían darse el lujo de vivir en el extranjero; pero lo hacían, los mexicanos comunes que generaban la riqueza para aquellos otros, recibían migajas con su salario mínimo. Todos esos “Benefactores del Pueblo” siguieron utilizando las normas de “Estado de Guerra” sin cambiar un ápice y el salario mínimo se quedó mínimo, las garantías individuales eran violadas (Tlatelolco 1968 y Metro Normal 1971) y las oportunidades de empleo se sujetaban a la compra y venta de puestos en el gobierno, o sujetarse a la posibilidad de poder trabajar insertado en alguna fábrica con beneficios mínimos, igual que el salario.
La izquierda, como tal, busca establecer un orden de igualdad en cuanto a oportunidades y derechos, como ya mencioné y no exactamente actuar como el imaginario colectivo da por señalar a la URSS, Cuba y la Venezuela Chavista: un escenario socialista y comunista. Eso solamente existe en sus acaloradas y febriles mentes. El izquierdismo no puede ser perfecto sino perfectible y probar en la práctica que sus métodos funcionan o no y por lo mismo desechar los erróneos y mantener los acertados pero especialmente debe evitar la corrupción de sí mismo, y existen por supuesto izquierdistas corruptos.
Pero dejo establecida mi razón para decirme “Izquierdista”
En 1989 tuve razones para odiar profundamente el gobierno de Carlos Salinas de Gortari e intenté militar en Acción Nacional, partido en el que fui menospreciado y humillado y terminé saliendo de ahí por patas. Descubrí la podredumbre de ricos nuevos que podían traer la mejor corbata pero no saber siquiera masticar a la hora de comer. Millonarios de Erario que combinaban Vino Blanco con bistec asado o personas que podían tener una casa de ensueño pero cuyo mantenimiento era el de una vivienda de vecindad. De esa clase de personas que pueden pagarse un viaje a Europa o a los lugares más exclusivos del país pero que no saben la diferencia esencial de cosas triviales como despojarse de los anteojos de sol, gorras y/o sombreros cuando regresan al hotel después de la playa, o siquiera mantener limpio el lugar que utilizan para estar en dichas playas. Podrán tener muchísimo dinero, pero ni así podrán comprar clase.
Y en el punto final, la citada “Clase”. Es cierto, el pueblo de a pié, al que pertenezco, podremos tener que aprender esos asuntos de clase y buen gusto pero en mayoría tenemos integridad, solidaridad y ganas de progresar. Pero alejándome de la testimonial perorata de “Somos gente buena”, aunque realmente lo somos jajajaja. Al menos tenemos el orgullo de decir que podemos dormir tranquilos. La izquierda es algo más que andar de revoltosos pintando los monumentos gritando estúpidamente: “Así tengamos que tirar el puto ángel!”, eso no es izquierda, es anarquismo mediocre y patrocinado por extremistas de derecha. Pero igual es mentira que la Derecha Mexicana esté toda metida en las estúpidas nóminas de Claudio X González.
Diré algo bárbaro pero cierto y honesto: “No somos todos los que están ni están todos los que somos”. Traducción: “En ambos lados habemos buenos y hay malos”.
Saludos a los primos Rivera Estrada y Rivera Cuota, a quienes a pesar de todo yo sí los considero mi familia.
Es Cuanto
Messy Blues
(Un Tonatiuh Rivera que da por firmar como Tonatiuh Hendricks por Jimi Hendrix, y nadie se ha pinches muerto por eso, no mamen)
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