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lunes, abril 20, 2020

AMLO ante una oposición enfermiza


Iniciaré este post con una serie de anécdotas que viví en carne propia.

Mi primer empleo formal fue como músico de sesión a los diecisiete años y fue gracias a palancas que tuve por mi familia. Sin embargo un empleo que tuve conseguido por mí mismo fue en una tortería en la colonia Condesa y se llamaba "La Grulla" frente al parque México. Yo lavaba los trastos y hacía mandados, ni siquiera preparaba nada pero me pagaron bien, me sentí orgulloso de ese empleo (además comía gratis jajajajaja) y de repente regresaba todo digno a los estudios a tocar la guitarra. Posteriormente mis empleos fueron por palanca. Operador de "TrendSetter Harris" en el hoy desaparecido "Sol del Valle de México", mensajero para la empresa de seguros de Moisés Liverant, formador de dummies del "Sol de México" y más tarde, ya casado con mi primer esposa, como encargado de sistemas digitales en "CNA Salvatierra" y más tarde de lo mismo pero en la Dirección de Desarrollo Social del Ayuntamiento de allá, Salvatierra. Todos esos empleos, o casi todos salvo el de mozo en la tortería, los conseguí por palancas, nunca por haber aplicado algún examen o por méritos debidos y es que así era México. Salvador Dalí no quiso vivir aquí y alguna vez dijo: "No puedo vivir en un país más surrealista que mis pinturas" y es verdad, México ha sido siempre muy surrealista.
Hay dos Méxicos ante el mundo; el México que las clases de alta burguesía ven en Europa y EEUU, es decir, el de los blancos nacidos aquí por cosas de la vida y de los negocios familiares, hasta hay un video por ahí de los "Mexicanos Blancos" que se avergüenzan de ser mexicanos y el otro México, el mestizo, el pobre, el México de piel morena viviendo al día, el que no pudo haberse contagiado de Coronavirus porque no puede viajar de no ser en pagos (y que curiosamente es el que está pagando el costo de la cuarentena). Así es, dos Méxicos, el que aporta mano barata a los países de primer mundo y el México surrealista, en el que vivimos usted y yo. Y es en este México surrealista en el que yo he navegado sobreviviendo con una licenciatura que ya no sirve para nada y un nivel técnico en música que tampoco es la gran cosa, porque ya no estoy emparentado con ricos ni buenos apellidos. Pues en el México de aquellos años de Salinas de Gortari, Zedillo, Fox y Calderón sí vi que los pudientes tenían todos los privilegios. Una chavala que ni terminó la carrera de diseño me arrebató un empleo que yo perseguí por dos años. La razón?, ella estaba bien buena, era güerita y era sobrina de un buen amigo del dueño de la compañía de marras. Cuando trabajé en los estudios de grabación siempre tuve al sindicato encima jodiéndome la vida (y el dinero) y jamás hizo algo a mi favor e igualmente me enfrenté a casos de demandas que yo ni debía ni temía solo porque mandé a volar a un abogado ambicioso. Eso era México, el de las mordidas, el de los bienes mal habidos, el del compadrazgo, el de los tratos bajo la mesa y los asesinatos contra los opositores. Incluso a Cuauhtémoc Cárdenas, el hasta los años noventa mejor opositor, le llegaron al precio.

Así pues el empresariado beneficiado por favores de gobierno, empresas transnacionales favorecidas con la dispensa de impuestos y el pago de salarios de hambre comenzó a sacar divisas del país y a ponerlas en manos del tesoro norteamericano y se propuso el modelo neoliberal de privatizar los servicios a favor de los monopolios con la comparsa y complacencia de los políticos que llegaron al poder apoyados por estos empresarios y medios comprados. Yo viví todo eso, no me lo platicaron y de hecho por esa razón yo apoyé al PAN en 1993 pensando que cambiaría algo contribuyendo. Me pagaron bien mal, me corrieron porque un evento salió mal y no solo dependía de mí. Apoyé a Fox porque fue buen gobernador en Guanajuato pero me decepcionó como Presidente ya que dobló las manitas ante su esposa, el cómo se desempeñó siendo presidente no estuvo tan mal que digamos aunque no cambió mucho y sí se inclinó por el neoliberalismo propuesto por Salinas, a quien había atacado tanto en campaña.

Durante el foxiato y el calderonato las cosas mejoraron, el efectivo se hizo fuerte, las bolsas bursátiles en México también se fortalecieron, el petróleo se mantuvo, el peso era caprichoso frente al dólar pero conseguía mantenerse un poco. Sí, en esas cosas Fox y Calderón fueron un hito pero, qué creen?, no fue a favor de usted o de mí, fue a favor de ese empresariado y esa clase alta de yate en Marsella en un círculo exclusivo del que ningún mexicano soldado raso vio jamás un centavo ni beneficio alguno. De nada sirve que en Wall Street la Bimbo sea fuerte si no hay mexicano alguno que pueda regodearse de ello. Las empresas como Sigma, Pepsico y todas esas presumen mucho de sus avances e infraestructura y sus especialistas ganan bien (especialmente si son mujeres apetecibles potencialmente amantes de alguno de los jefes) pero sus obreros ganan una miseria, ese es el "Progreso" que tanto defiende hoy la oposición.

Así la oposición compuesta de enemigos políticos vencidos en 2018, empresarios que no quieren pagar impuestos ni buenos salarios, personas de clase alta que odian al naco del Presidente nada más porque sí, medios de comunicación que dejaron de recibir propinas de gobierno y uno que otro que se siente parte de todo eso solamente porque compró un Samsung de última generación en pagos por dos años. Es decir, la oposición son políticos e ilusos que de entrada vigilaron los errores de AMLO y los contabilizan para tener un pretexto de salir a la calle a desmadrar la ciudad, de colgarse pancartas de "Así NO AMLO" y de opinar en redes sociales sobre ese señor apodado "El Cacas". Todo político tiene detractores pero decididamente AMLO tiene en contra al peor: Los Medios de Comunicación.

Para muchos oportunistas como Eugenio Derbez y Celia Lora, los medios se convirtieron en su "Red Social" en la que "Solo externan su opinión personal" pero que es vista por millones de zombies que creen a pie juntillas lo que los medios dicen y si dicen que AMLO es el peor presidente ellos lo creen y eso geenra que ellos salgan en titulares, que es lo que realmente buscan pero, seámos fatalistas. El Gobierno Federal actual se ha caracterizado por dos aciertos y dos errores generales; los aciertos son la apertura democrática y la información diaria en tanto los errores son la mucha tibieza para enfrentar al vandalismo en las marchas y la demasiada condescendencia hacia los medios que tanto lo pisotean. Si se diera un "golpe de estado" como el que ridículamente encabeza el ridículo de Pedro Ferriz de Con apoyado por "empresarios" que no son nada serios, el país caería en anarquía y mucha gente saldría a la calle a hacer pedazos al gobierno provisional, de haberlo y eso representa un regreso a la edad de piedra y si los pequeños propietarios temían perder sus propiedades en "La Venezuela del Peje", en este caso sí que perderían todo. El asunto es que AMLO ha cometido errores pero los ha cometido por complacer un poco a esos que lo hacen pedazos y eso sí, para mí, es un error. Personajes como Alazrraki, Javier Alatorre, Leo Zuckerman, Adela Michá y todos los ya conocidos antiamlo se regodean tirando mierda cada vez que pueden y y sus constantes descalificaciones son la doctrina de Goebbels en la Alemania Nazi: decir mentiras muchas veces las convierte en verdades y ante un pueblo que consume televisión diaria eso podría desestabilizar al país, no a AMLO.

La oposición de AMLO tiene una ventaja por encima de la que tuvo Calderón: el dinero y los medios tanto oficiales como alternativos. Antes en la era de Calderón los pobres solo tuvimos los blogs, youtube y las redes sociales que apenas comenzaban y actualmente los opositores de AMLO lo tienen todo, hasta poder publicar usando un smartphone y no como nosotros que tuvimos que usar computadoras que no siempre estuvieron disponibles. La oposición de AMLO es aquella que ve pisados sus intereses y el riesgo de que su estilo de vida se desbarate, en el caso de quienes la encabezan, pero los soldados rasos de esa oposición son Godinez de oficina de 9 a 5 que usan sus autos para viajar todos los días de las zonas de interés social hasta sus oficinas en alguna zona financiera de alguna ciudad o bien, esos que medio ganan bien en un empleo conseguido por palancas y creen que merecen un gobierno tipo Trump. Decía mi abuela: "El que nunca tuvo y llega a tener, loco se quiere volver", y tenía razón la abuela. Al final todos esos opinólogos y golpistas de smartphone no dejan de ser eso: consumistas y aprovechados que se ven amenazados ante un enemigo que se inventaron como "La reencarnación de Stalin" y que simplemente está poniendo las cosas en su lugar. Esos opinadores que no dan un cacahuate por usted o por mí en caso de necesitarlo y que fácilmente pueden insultar a quien no pertenezca a la clase alta.

Es cuanto

Messy Blues

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