Denise Dresser: ¿Valentía o Egocentrismo? El Arte de la Polémica Protagonista
Hace poco, en casa de una persona muy querida por mí, estaba mirando algunos videos de política internacional, lo cual se volvió recurrente en mí desde 2022; y dimos con un video de Denise Dresser (más que periodista, arribista ilustrada) quien sinceramente y hasta el día de hoy, siempre me ha parecido una "Persona Equis”. No es nadie que me diga "algo" ni de quien yo pueda rescatar "nada" de su contexto Anti AMLO o Anti Sheinbaum, ni siquiera por razonamiento, en el supuesto de que la señora razone. Pero la broma surgió cuando esa persona (Monna Brisbal) hizo el siguiente chiste: “¿Sabes por qué se me figura una mazorca esa señora?”, por supuesto no contuve la risa ya que la respuesta era obvia y no era necesario adivinar pero por cortesía le pregunté la razón y me dijo: “Por los dientotes y los pelos de escobeta”. Cierto, no pude aguantar la risa por al menos una hora pero era una broma obvia de alguien que se declaró Morenista desde 2017, lo que de alguna manera le quita un poco de gracia al chiste. Denise Dresser es un blanco favorito de los opinadores de izquierda en Redes Sociales, Blogs y Canales de YouTube, al igual que Alito Moreno, Jorge Romero, Claudio X González y muchos otros. Si bien la broma me hizo reír, la asumí como alguien que es, de manera obvia y personal, muy opuesta a Dresser.
Sin embargo, me tomé la molestia de ver algunos videos de la "comunicóloga" (por así decirlo) tanto en contra como a favor, para ser imparcial en mi criterio, pero por su manera tan beligerante de imponer criterio, no pude evitar sesgarme del lado izquierdo. Su personalidad histriónica y estridente es muy propia de la demagogia y el propagandismo político (a favor de la derecha en su caso) y ese es el platillo favorito de la oposición: la publicidad a través de discursos incendiarios que hablan mucho pero no dicen absolutamente nada, Denise Dresser encaja perfectamente en ese molde.
Por respeto implícito lamentaré un poco citar a una persona que admiro mucho
como Periodista, con mayúsculas enfatizado, como es la Lic. Denisse Maerker. Por mucho, superior y más profesional que Dresser. Por supuesto, no se trata de un concurso de belleza (en el que ganaría Maerker) pero al menos podríamos enamorarnos un poco de la capacidad intelectual, la clase y el profesionalismo que describen a Denisse Maerker y de lo que mucho carece Denise Dresser. Maerker es mesurada, educada, centrada y razona sus opiniones. Denisse Maerker no suele buscar los reflectores mediáticos, teniendo la oportunidad de ello, y el concepto de “Tendencia en Redes Sociales” no es precisamente algo que, a una persona seria y profesional como ella, le quite el sueño. Maerker es formal, políticamente correcta y no se inclina ni a favor ni en contra de los políticos, no importa el lado en que estos se encuentren, y sus juicios se basan en datos y argumentos reales, de los que suele documentarse antes de expresar algo porque básicamente Denisse Maerker DIALOGA en mesas de opinión, no impone; como es el arrogante estilo de Denise Dresser.
como Periodista, con mayúsculas enfatizado, como es la Lic. Denisse Maerker. Por mucho, superior y más profesional que Dresser. Por supuesto, no se trata de un concurso de belleza (en el que ganaría Maerker) pero al menos podríamos enamorarnos un poco de la capacidad intelectual, la clase y el profesionalismo que describen a Denisse Maerker y de lo que mucho carece Denise Dresser. Maerker es mesurada, educada, centrada y razona sus opiniones. Denisse Maerker no suele buscar los reflectores mediáticos, teniendo la oportunidad de ello, y el concepto de “Tendencia en Redes Sociales” no es precisamente algo que, a una persona seria y profesional como ella, le quite el sueño. Maerker es formal, políticamente correcta y no se inclina ni a favor ni en contra de los políticos, no importa el lado en que estos se encuentren, y sus juicios se basan en datos y argumentos reales, de los que suele documentarse antes de expresar algo porque básicamente Denisse Maerker DIALOGA en mesas de opinión, no impone; como es el arrogante estilo de Denise Dresser.
Hablemos primero de las cosas "admirables" de Dresser como ser “Caballero de la Legión de Honor” en Francia (y la Dama se dice feminista, claro), en el entendido que dicha condecoración se otorga a personas que hayan hecho algo a favor del legado Bonapartista, Derecha, y a un nivel bastante burgués en ese país, lo que neutraliza bastante su “valor” aquí en México, una República. Dresser es una de las muchas figuras de apellido extranjero que creció acolchada y cobijada por el amor primermundista de unos padres solventes y con un ambiente desahogado, siendo ella la típica estudiante de colegio que podía aspirar a muchas cosas en su juventud, y no podremos culparla de haber aprovechado ese hecho, y de esa manera Denise Dresser pudo llegar lejos, con muchos estudios pero sin una pisca de principios ni de educación... ni de clase. En evidente contraste con Denisse Maerker, cabe señalar.
Dresser suele monopolizar la palabra e interrumpir cuando ella entrevista a alguien o es entrevistada. Sus muletillas se han convertido en sus etiquetas que la caricaturizan con frases como: “Es inexcusable", “Es un fracaso”, “Es un(a) incompetente”, “Todos los políticos son corruptos” y más frases recurrentes en su repertorio, muy a la altura de ella. Se distingue Dresser por hablar en tono alto y atacando a las personas, no a las ideas, muy Ad Nominem padeciendo de la sobreconfianza narcisista, a nivel Dunning-Kruger, y su PhD de Princeton le hace sentirse autoridad buscando el respaldo en la recurrencia de sus propios argumentos para convencer y ganar adeptos doctrinarios.
Dresser también suele victimizarse y “Denunciar” que es censurada aunque sostiene que ella tiene la razón sin dejar de mencionar que su narcisismo le hacer carecer de autocrítica y difícilmente suele aceptar errores. La señora deja que sus probables ventajas en un país que fue saqueado por mucho tiempo, no tengan un eco razonable al poder crear consciencia y no hacerlo, enfocándose solamente a la atención que busca obtener. En una impresión primaria, la gente se pregunta si Dresser es valiente por decir "Lo que nadie dice" o tóxica por su forma de hacerlo. También genera lo que tanto discute en sus discursos Anti-AMLO, la polarización. Sus argumentos generan amor u odio pero no razones ni análisis y suele priorizar el impacto y no el debate constructivo.
Dresser tiene un campo favorable para ella en terrenos de derecha pues a la gente de esa filiación le gustan los personajes confrontativos. Digamos que a Dresser le gusta hacer espectáculo barato de la opinión y, con ello, le resta valor. Eso sucede con la gente de derecha, o quienes simpatizan con la derecha, les gusta el tenor de la guerra frontal basado en ofensiva y dramatismo. Su estilo es confrontativo y es un reflejo de narcisismo mediático, no es una herramienta para denunciar injusticias como ella alega, y sus superlativos de siempre como “El peor gobierno” y “Fracaso total” los adereza con sus gesticulaciones dramáticas elevando la voz en momentos clave (como hacía Hitler) e interrumpiendo la opinión de terceros para que nadie pueda manchar lo inmaculado que para ella es su distorsionado discurso. Dresser tiene también la tendencia de usar la falacia del hombre de paja exagerando los argumentos de sus oponentes para demolerlos de manera ruidosa.
Dresser se autopromociona mucho y suele sacar a colación su libro “México Desahuciado” y presentarlo como “La Verdad Incómoda” aunque dicho panfleto de idioteces se resume en un narcisismo impresionante (“Cuando yo…” y “Es que yo…” , “Yo viví..”, etcétera). Irónicamente sus profecías sobre la economía de México (“Viviremos en una terrible crisis por culpa de este gobierno”) han caído por tierra. Es notorio el hecho de que David Páramo, economista muy crítico de la izquierda y, por sí mismo aceptado, es también muy crítico de Andrés Manuel López Obrador; también deparaba un negro futuro en la economía en México y tuvo a bien retractarse y reconocer los avances de la 4T. No así Dresser, que suele darle justificación a sus errores atribuyendo los logros del gobierno de izquierda al patrocinio indebido y ligándolo, con tal afirmación, al crimen organizado (por cierto, la señora no parece darse cuenta de las consecuencias legales que su “acusación” podría traerle).
Dresser también tiene la adicción de polarizar para mantener su vigencia en redes sociales, considerando que los algoritmos premian la controversia, y es seguida por personas “cansadas” del discurso políticamente correcto y que, por su parte, se dejan llevar por la visceralidad del narcisismo de Dresser, dándose así un círculo vicioso con la dinámica de “Líder - Fanáticos”, muy propio de las sectas y de los movimientos extremistas. Si la señora Dresser ha leído un poco de historia universal, entonces recordará que Hitler y Mussolini crearon tiranías a partir de esa fórmula. Y también existe una duda de la que pocos harán juicio: ¿Está Denise Dresser consciente de su personaje?. Comparando cierta distancia entre sus entrevistas y discursos con sus textos académicos, nos damos cuenta de que hay dos perfiles de Dresser peleando dentro de un mismo cerebro y eso deja en evidencia que Dresser busca el apoyo y la aceptación popular como clientes, mientras dentro de su mundo de élite intelectual se distancia bastante de eso. Esto es, Dresser critica el elitismo utilizando un lenguaje inaccesible. Es cierto que, dentro de todo, la estridencia de Dresser logra visibilizar temas pero su forma de externarlos limita el diálogo y la construcción de un criterio convergente. Luego entonces queda una pregunta fuera de marco: ¿México necesita voces constructivas o estridentes?. El psicólogo social Jonathan Haidt haría pedazos a Denise Dresser por la pura actitud al presentarse en público.
Uno de los hábitos más odiosos de Denise Dresser es su vicio de interrumpir a los demás, lo que echa por tierra la poca buena impresión que pudiera causar en una persona con dos libros bien leídos en su vida. Dresser es, como ya se mencionó, poco considerada con terceras personas y lleva sus odios personales a la mesa del debate convirtiéndolos en verdades fabricadas. En contraste con Denisse Maerker (de muy buena formación académica y clase en sus modales), Denise Dresser es grotesca y vulgar en ciertos momentos y lleva su arenga a una discusión que, en un mercado popular, sería una agria pelea entre comerciantes locales. Ante la serenidad y la forma analítica de Maerker, Denise Dresser convierte en arena de lucha libre todo debate y todo análisis. Mientras Maerker expone Pros y Contras en sus posturas, Dresser destruye totalmente al enemigo.
Denisse Maerker no persigue la aprobación, como ya se mencionó y su participación en el debate es pensada y analizada antes de exponerla, en cambio Dresser puede sacudir el debate pero lo empobrece con su falta de diálogo y apertura. Maerker es analítica y busca dar una opinión basada en hechos y no en criterio personal, Dresser, por el contrario, es innecesariamente incendiaria utilizando clichés y fórmulas que, ante públicos estigmatizados, le han dado resultado pero no por ello le otorgan la razón.
Después de haber estudiado un poco a Denise Dresser, sinceramente sin mucho interés (porque la señora me parece vana e inocua), terminé pensando en que hay personas que tienen el privilegio de obtener la mejor preparación pero siempre han carecido de clase.
Es cuanto
Messy Blues
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