De "Chairos", "Fachos" y otras histerias...
Recientemente el ex presidente de México, Vicente Fox Quesada, publicó en su cuenta de Twitter un post que decía: "Ser chairo es tragar camote", en su conocido y eterno pleito con el actual Presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, en claro insulto hacia quienes apoyan al mandatario de izquierda. La perorata conocida y repetitiva del guanajuatense no resultaría ni novedosa ni ingeniosa pero sí resulta graciosa para todo aquel perjudicado por la caída del erario gratuito y para quienes, por clasismo o mero borreguismo odian al tabasqueño.
No, no es novedad. Vicente Fox siempre ha tenido la boca bastante suelta y, curiosamente, esa fue exactamente la fórmula que le valió la victoria en 2000, después de muchas décadas de un estado semi dictatorial como fue el del Partido Revolucionario Institucional, PRI. Régimen que había venido arrastrando una fuerte caída desde las decisiones brutales de Carlos Salinas de Gortari de privatizar empresas paraestatales y la acción devastadora de hacer pública la deuda bancaria con el ya famoso "Fobaproa". La profunda boca del Señor Fox fue, como en los mejores tiempos del bolchevismo soviético, la llama que prendió la antorcha de aquel pueblo que, cegado por el hímno colectivo de "Sacaremos a las tepocatas y víboras prietas de los pinos", se dejó llevar por la consigna que todos los demasiados millones de mexicanos de todas las clases sociales repetíamos con un estilo casi fascista. Eran otros tiempos y ciertamente teníamos una imagen equivocada del Señor Fox de Sahagún. Eran tiempos en que lejos estaba el caballero de insultar al pueblo que votó holgadamente por él, jamás nos hubiera llamado "Traga-camotes", por el simple hecho de que fuimos quienes le procuramos seis años de poder, fama y dinero.
Así el señor honorable que alguna vez estuviera al frente de FEMSA (Antes "Grupo Alfa") y fuera el menos peor de los gobernadores de Guanajuato, no por ello el mejor, cabe decir. Así Don Vicente, tan "dicharachero", tan ocurrente y, es posible decirlo, tan hocicón como acostumbra, tan sin fijarse si en su loca manera de andarse puede pisar mierda, como comenzó a acostumbrar los últimos veinte años, desde que terminó su luna de miel con el pueblo y poco después de su poco tacto de diplomacia al decirle a Fidel Castro: "Comes y te vas", tan arrastrado con el gobierno de George Bush, tan adorador Don Vicente del modelo "American Way of Life".
No puedes decepcionarte de quien no puede decepcionar más, de hecho es divertido esperar su nueva sandez para ver la posterior reacción de la gente aplicando "Bullying" al Señor hijo de españoles. No puedes decepcionarte de quien es por sí mismo una decepción de persona quien en julio del 2000 era la figura imponente, el símbolo del cambio y de la revolución ganada por el pueblo, hoy una caricatura de sí mismo, un reflejo de un partido oligarca que hoy ha puesto al frente a un par de mediocres oradores de coaching (Ricardo Anaya y Marko Cortés) masticando el mismo chicle que compraron en 2017 para demeritar al oponente, tarea en que se han estado aplicando por cuatro años gastando el presupuesto que como partido se les otorga de nustros impuestos. Mediocres políticos que se enorgullecen de haber ganado la mitad de una ciudad de México cuyos habitantes son, en el centro de clase alta (con algún barrio que se resiste al colonialismo), al oriente de clase marginal y al poniente de clase empresarial y al mismo tiempo perdieron más de uno de sus bastiones en provincia, en donde, por cierto, resultaron los grandes perdedores, cosa que cuidan de no mencionar.
Pero, Oh Señor Fox defensor de la marihuana. En su momento la mejor esperanza del país (que tuvo buenas propuestas, habrá que reconocer, pero que dejó que los congresos las pisotearan) y hoy es alguien icónicamente divertido en redes sociales, acostumbrado a la humillación funcional por parte de esos a los que él llama, repito "Traga-Camote". Dice el dicho y bien dicho: "Lo que te choca, te checa", y creo que esto aplica completamente al Señor que busca aplicarle a los seguidores de una figura política, la camisa de fuerza que le toca a él.
El Señor Vicente Fox Quesada de Sahagún, no es el enemigo, no mío, no tuyo, solo de sí mismo. Es odiador entusiasta del "Peje" y promotor de sí mismo. Es ese ancianito aplaudidor desde la grada de sección preferente de una ideología que se resiste a aceptar su derrota como derecha tradicional, no progresista, no la derecha que levantó a países alguna vez vencidos en la guerra como fueron Japón o Alemania. No la derecha con honores, no la derecha que busca sacar la carreta del atolladero, no, no es esa derecha que, desde su naturaleza conservadora, pretende contribuir al crecimiento. No, esa no es la derecha representada por Acción Nacional, ni por su refugiado PRI. Es, el Señor Fox, aquel clásico patricio protegido como bufón del César aplaudiendo el dedo abajo del circo romano. Comparación demasiado profunda considerando los niveles culturales de Don Fox y su partido, de quienes dudo puedan entenderla.
La oligarquía, curiosamente, no puso a Don Vicente como representante social de su ideario goebbelista, él se designó solito. No deberan de enojarse los "Chairos" acérrimos del actuar de alguien que es un ancianito al que hay que amar y cuidar pero no permitirle opinar sin alguien que lo cuide porque es probable que sus cabales sean peor de desajustados que antes, cuando aún habría podido pensar un poco lo que de su boca salía. Ironía, esa verborrea que en el 2000 lo convirtió en héroe nacional y hoy le ha convertido en blanco del troleo milenial.
Debo traer al frente a esa prensa tan celosa y recta en el cumplimiento de su deber tratando de demeritar en lo posible el trabajo del gobierno de izquierda. Un punto que también habrá que traer al frente al mismo tiempo es la suspensión decretada en 2001 por el Señor Botudo de subsidios a periódicos menores que se atrevían a ser críticos con el gobierno ("El Día" es un buen ejemplo, hoy en manos de un amigazo del perredista Miguel Mancera). Azaña que muchos aplaudieron en pro de la democracia y sin embargo hoy cuestionan esos mismos acusando al gobierno actual de ser antidemocrático, por la misma acción, solamente que aplicada a todos los medios, no solamente a algunos.
Ciertamente este gobierno ha tenido sus "Metidas de pata" pero desde luego no son buscando el perjuicio ni abusando del poder. No se debe defender a ultranza algo que está en fase de experimento cuando un país como el nuestro ha sido históricamente propiedad privada de familias con poder financiero. No se puede declarar que estamos mejor que nunca (y con esta pandemia, menos) porque tal hecho sería irresponsable y lleva al mismo fanatismo absolutista del que se acusa a la extrema derecha en México. El Señor Andrés Manuel López Obrador está lejos de poder ser calificado como "El Mesías Milagroso" o siquiera poder ser comparado con sus propios héroes históricos pero es cierto que detuvo las hemorragias financieras que llenaban los bolsillos de unos cuantos e incrementaban los impuestos del pueblo. Es cierto que, por su obra y gracia, el dólar dejó de superar al peso mexicano a cada movimiento bursatil, como es cierto que la gasolina dejó de subir su escalada acostumbrada hasta 2018 de $ 0.55 cada tres días. Es cierto que subieron los insumos de la canasta básica ante el golpe inflacionario, que debió ser aún peor en pandemia, pero igual de cierto es que en el régimen de izquierda esto sucede en un 25% de incremento cada dieciocho meses ante el 100% cada seis meses habitual en tiempos del PAN y del PRI. Es cierto también que la inseguridad actual es un golpe de rebote del estado de terror creado por Felipe Calderón heredado luego por Enrique Peña Nieto.
"Traga-Camotes", afirma el Señor Fox sobre los "Chairos". Término que aplica más a quienes lo defienden a él, si es que los hay, y a quienes defienden los tiempos dorados del priísmo y del panismo. Sin por ello asegurar que Morena sea el paraíso terrenal, porque también tienen sus arañas en ese partido, cabe señalar. Así el Señor Fox, tan cándidamente viviendo en su Foxilandia. Espero que, si la consume después de tanto defenderla, al menos le quite el dolor de reumas.
Así las Cosas.
Messy Blues
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