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domingo, julio 06, 2025

Yankees Go Home?

Marcha Contra la Invasión de Extranjeros en México


4 de Julio, vaya día para realizar en la Ciudad de México (y otras ciudades) una marcha anti-gringos, de acuerdo al grito de guerra de los propios manifestantes. Algunos con razones y otros por hacer bola para realizar vandalismo bajo una excelente excusa. Yo siempre he sido anti vandalismo pero confieso que esta ocasión hasta lo disfruté muy en el fondo. Más adelante diré mis razones. Por ahora quisiera traer un poco de historia propia y personal para sostener mis razones de sentirme... complacido por dicha marcha.

Lo siento, sé que mi discurso es bastante inapropiado bajo mi eterna arenga de tolerancia y cosas así pero vamos a ser sinceros, esta marcha fue algo que muchos hubiéramos querido haber hecho y nunca tuvimos los cojones de hacerlo. Muchos hubiéramos querido haber salido a protestar contra la gentrificación desde hace más de veinte años pero nunca nadie tuvo el valor. Siempre hubo justificaciones como:

No todos los extranjeros son iguales

Nosotros también hemos invadido sus países

Su presencia trae derrama económica al país

Pero en realidad nada de lo anterior es cierto. Probablemente muchos extranjeros en el país en realidad contribuyen al crecimiento, es posible, pero no es precisamente la fuerza que genera la principal fuente de ingresos al PIB, de hecho es el dinero que envían nuestros paisanos lo que levanta la economía. Esos extranjeros encomiables son una minoría, los hay, pero por supuesto que no son ese margen dañino contra el que salieron a protestar ayer.

Pero analicemos un poco las diferencias establecidas entre unos y otros. Pondré en primer lugar una comunidad constructiva que hasta creó una pequeña ciudad, la italiana fundada por los veneto-lombardos en el estado de Puebla en donde levantaron la ciudad de Francisco Javier Mina o Chipilo, famosa por su producción ganadera y de lácteos. Muchos aseguran que fue una migración justificada de italianos huyendo del régimen fascista y tal afirmación es una gran muestra de ignorancia. La colonia fue llamada Fernández Leal por el gobierno liberal de Porfirio Díaz en su primer mandato y que trajo a algunos ex-convictos con sus familias de las regiones de Veneto y Lombardía en Italia y que se habían hecho proteger por el ibero-italiano Francisco Rizzo y este hizo un acuerdo con México a través de Carlos Pacheco Villalobos y así de esa manera los Veneto se establecieron en la tierra inhóspita que se encontraba perdida en los caminos de terracería sitos entre los volcanes Popocatépetl e Iztaccíhuatl y la ciudad de Puebla de los Ángeles.

La genialidad no se les niega a los chipilenses y definitivamente es un ejemplo de la integración cultural, aunque exista mucha tendencia hacia la derecha y el fascismo por ahí, un poco de herencia de Mussolini, quien les hizo construir una escuela en los primeros años de su régimen fascista (y esto contradice el rumor de que huyeron de él) pero, es verdad que Chipilo representó una gran producción y generación económicos en los peores tiempos y crisis del país. Muchos empleos de la región son de Chipilo.

Procedamos ahora con la comunidad eslava. En este caso existe mucha diversidad ya que en México hay tanto rusos como ucranianos, polacos y de otros países del entorno eslavo pero el honor correspondería a dos diásporas como son la ucraniana y la rusa y las pongo en ese orden por la insólita razón de que, si bien los rusos tiene muy alto sentido del honor, es cierto que muchos invasores del entorno turístico la Riviera Maya son rusos, y aquí es donde habrá que razonar algunas cosas. Los ucranianos son nacionalistas y muy selectivos, no invaden ni destruyen mercados pero desde luego es poco probable que los mexicanos puedan ingresar fácilmente a su intimidad como comunidad. Es decir, no se meten con los mexicanos pero no permiten que los mexicanos se agreguen a ellos, de no ser para lo más fundamental.

Ahora bien, si los rusos también se han dado sus libertades en la Riviera Maya, también sería conveniente decir que al menos ofrecen empleos a los nativos de la región y contribuyen a su crecimiento. No es propiamente una justificación porque habría que analizar a fondo hasta qué punto tal invasión ha producido consecuencias en la región, y Rosarito en Baja California Norte no está muy alejada del caso. Sin embargo, es cierto que los rusos contribuyeron mucho al arte y la ciencia en México desde hace mucho tiempo por lo que sería complicado reclamar a esa comunidad por despojo. Aunque lo ha habido en parte.

Pero la parte más complicada y hasta en cierto modo dramática sería la comunidad judía que viene de varias partes del mundo y se adueñaron en la Ciudad de México de zonas como Polanco y Los Morales, pedregal de San Ángel, Cuajimalpa y el Centro Histórico, aunque con claras diferencias. Es decir, sus residencias están en zonas residenciales, ya mencionadas, y sus negocios están en el Centro Histórico y aquí es donde podría señalarse una cierta raíz de la gentrificación aunque, claro, removería demasiado la historia misma de la ciudad.

La comunidad judía se destaca por su celo y hermetismo (como la ucraniana) y es poco probable que exista un mestizaje profundo entre judíos y nativos mexicanos, mestizaje que sí existe entre criollos (méxico-españoles) con judíos natos. Desde luego estoy hablando de las bases de la comunidad. Ellos tomaron el Centro Histórico y lo comercializaron y eventualmente la población nativa, descendiente directa de los mexicas mestizados con españoles, fue removida a sitios que en ese entonces eran menos céntricos como el Barrio de Tepito, Peralvillo, La Candelaria, Iztacalco, La Viga y otras colonias consideradas por mucho tiempo como de estrato social bajo.

Ahora bien, una experiencia personal. Durante la pandemia por COVID-19 tuve que dejar el departamento en el que yo vivía cerca de La Villa y tuve que moverme demasiado lejos al Estado de México. En cierta ocasión más adelante pedí informes sobre un departamento en la esquina que marca la esquina entre Calzada de Guadalupe y Calzada de los Misterios y ambas se convierten en Paseo de la Reforma Norte. Enfrente está Peralvillo y más adelante Tlatelolco. Un departamento que antes de la pandemia costaba ocho mil pesos mensuales la renta pero en ese momento costaba trece mil pesos mensuales, cinco mil pesos más que tres años atrás. Es decir, la renta era para una persona cuya captación mensual fuera de, al menos, treinta mil pesos al mes. En el perímetro del circuito interior, que no es exactamente de lujo aún con la plusvalía, solamente un ejecutivo que no quiere llegar tarde a su negocio puede pagar eso pero, ojo con esto, me perdonarían las cartas de recomendación y un mes de depósito si yo comprobaba que era ciudadano estadounidense o europeo. No centroamericano ni sudamericano ni africano, de preferencia caucásico. ¿Qué tal?.

Fue aquí donde me di cuenta que la gentrificación era un asunto serio y se me ocurrió darme una vuelta por la colonia Condesa, Roma y un poco más hacia dentro, por la otrora genial Zona Rosa y me llevé sorpresas muy amargas. La mencionada Zona Rosa está sitiada por la comunidad LGBT por su perfil más tirano y el tráfico de toda clase de cosas es muy peligroso. La Colonia Hipódromo Condesa está plena de Hipsters que se niegan a madurar conviviendo con jóvenes extranjeros sin compromiso que buscan vivir de su internet pagando lo menos posible. La Colonia Roma ha caído en manos de ejecutivos que dirigen las empresas en los rascacielos indebidamente construidos en zonas de alta sismicidad y todos ellos vienen de Estados Unidos, Alemania, Inglaterra y Francia, algo bastante irónico considerando su cercanía con la embajada rusa.

Fui luego a San Ángel y también noté la presencia de más extranjeros que de mexicanos y los pocos mexicanos ahí son descendientes de europeos. Más tarde regresé vía línea 2 del metro y noté que tampoco por ahí hay viviendas aptas para el residente mexicano nato. En resumen, la Ciudad de México ya no es de los chilangos, es una colonia de invasores extranjeros y nosotros lo hemos permitido. La que antes había sido una ciudad muy mexicana se ha convertido en la embajada de muchos que desprecian a los mexicanos y no les importa apropiarse de su tierra.

La Marcha... ¿es un resultado?

Así, el viernes 4 de Julio de 2025 se realizó la primera marcha contra la gentrificación bajo una gran variedad de banderas ideológicas. Cierto, hubo vandalismo, y estoy seguro que son porros pagados por la oposición para desprestigiar al gobierno (cometieron la pendejada de vandalizar las paradas del Metrobús). Aún así creo que ese vandalismo por primera vez sirvió para algo. De no haberse dado, habría sido poco probable que fuera noticia internacional.

Así es. Muchos extranjeros se sintieron amenazados y temerosos cuando comenzó el vandalismo y seguro que en esos momentos deseaban regresar corriendo a su tierra natal. Pero hay un arma de doble filo que la Presidenta Claudia Sheinbaum va a tener que saber manejar bien ya que, lejos de tomarlo como reclamo, Donald Trump lo va a agarrar como pretexto para llamarnos terroristas que atacan extranjeros y la oposición comenzará con sus ridículos discursos clasistas.

Pero yo estoy de acuerdo con la marcha y sinceramente hasta aplaudo un poco el vandalismo porque, como dije, la marcha por sí misma habría pasado inadvertida hasta que los delincuentes comenzaron a destrozarlo todo. El Café Toscano, un localillo elitista de la zona, se convirtió en el blanco principal, vaya cosa. Un negocio de alto costo y Pet Friendly al que no habrías podido llevar tu perro criollo que rescataste de la calle, ¿Cómo vas a creer eso? ¡no!, tienes que llevar tu chihuahua bien educado o tu perro de raza con bozal. Los medios de derecha y hasta algunos de izquierda se lamentan de tales destrozos pero tengo una pregunta: ¿Y cuándo los mexicanos  de pueblo hemos podido disfrutar de los beneficios de los impuestos que pagamos?.

Por si todos lo olvidan, de los salarios de la gente se deducen varios descuentos orientados a impuestos... ¿qué sucede con estos?.

Sí, la marcha es un resultado. El resultado del malinchismo que siempre ha caracterizado al mexicano que cree a pie juntillas que todo lo estadounidense es mejor que otra cosa. Todo el mundo quiere una güerita o güerito de ojos claros que se parezca a los que salen en las películas de Hollywood y todos compran sus motos de Elektra para ser americanos al menos en apariencia. Cierto, todos esos que hoy tienen sus negocios en desastre y todos esos que ocupan viviendas sin ser mexicanos originaron el descontento de otros que no aceptan la imposición ideológica ni el colonialismo mental.

A mí me pueden acusar de tener ideas hitlerianas (¡y miren que comienzo a entender las razones de ese wey!) pero solo vean al pendejo de Donald Trump, atacando con todo a los mexicanos, y no solo en su país, el idiota hasta quiere entrar al nuestro para chingarnos. Así que sí, de mi parte esos de la marcha tienen todo mi apoyo y este blog queda a sus órdenes.

Es cuanto

Messy Blues

#CDMX #Gentrificación #Protesta #VecinosUnidos #Vivienda #CiudadDeMéxico

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