La Victoria del Republicano y la Falta de Clase de Zelensky... Entre Otras Cosas
La Jornada
Tras una extraña y maratónica serie de eventualidades en su contra a partir de los cargos legales que enfrentó, pasando por escándalos y hasta intentos de asesinato, finalmente Donald Trump cumplió el pronóstico conocido por adelantado desde el momento mismo en que el millonario dijo en 2020 que lo volvería a intentar y, como MacArthur, regresó. Es decir, va a regresar.
El mundo sabía que Trump sería de nuevo el presidente de los Estados Unidos y bajo ese miedo se le intentó bloquear con trucos tan burdos como pueriles y, ciertamente, un patologicamente senil Biden allanó el camino del magnate a pesar de esos intentos. Y tanto la OTAN como Volodimir Zelensky mismo trataban de negarse a esa realidad, misma que nunca fue ajena a los previsores BRICS que, con tal conocimiento de causa, construyeron su nave supersónica para navegar, no a favor ni en contra de Trump, sino a pesar de Trump.
El estridente chasquido de dientes de su conocida fanfarronería hace de Trump un pintoresco presidente anaranjado que suele mantener a sus amigos, a personajes indiferentes y a sus enemigos en vilo, esperando su siguiente estupidez verbal. Digamos que es el primer líder de un gobierno que se desempeña actuando como un idiota pero cuyas decisiones no dejan de tener una precisión favorable impresionante.
La dualidad entre su histrionismo y la capacidad que realmente tiene para alcanzar el objetivo, u objetivos, suele conseguir la finalidad y con dicho método también consigue determinar quién es un rival digno, quién un aliado de confianza, quién un enemigo sin peligro y quién será solamente un "Idiota Útil". Las reacciones que Donald Trump suele provocar son justamente su mejor sistema para medir su terreno.
Luego entonces en Latinoamérica, odiadora natural de Donal Trump, en África y en Oriente (sin contar al Japón), la victoria del neoyorquino no se esperaba precisamente con júbilo pero es cierto que a, pesar de todo, los resultados de la primera vuelta de Donald no fueron ni aproximadamente perjudiciales para nadie. Su criticado "Proteccionismo" es justamente la razón por la que un Presidente es elegido, proteger a su país, se vea por donde se vea.
Es decir. En África temen erróneamente que los invasores europeos vuelvan a secuestrar a los países de ese continente apoyados por Trump y en Asia Pro-China temen que sus mercados se vean afectados. La baraja falsa es Latinoamérica, y es en donde Trump tiene razón. Pero citando al propio Trump dejando claro que...
"Aquí puede venir todo el mundo, Bienvenidos, pero tiene que ser por la vía legal y tienen que venir a producir, no a envenenar a nuestro pueblo..."
Técnicamente hablando, no parece existir ningún error en su lógica. El ahora Presidente electo ni siquiera está haciendo una arenga racista en contra de los latinos migrantes, está exigiendo respeto, algo que actualmente mucha gente parece desconocer.
Siendo honestos, el discurso colectivo de "Trump es un racista y un maldito proteccionista" tiene un doble filo basado en la acción de "Hablar por conveniencia". Todo el mundo se queja de que "Estados Unidos es un país invasor y colonialista que quiere estar metido en todos lados" pero también es verdad que ir a aprovecharse laboralmente de las facilidades que hay en ese país es algo que muchos están haciendo tratando de ingresar de manera ilegal. Digamos que se ataca a Estados Unidos pero se quiere sacar provecho de ese país.
Trump y México
La Presidenta Claudia Sheinbaum ha sido parca para responder el discurso propagandístico del Donald Trump y ha sabido mantener sus distancias diplomáticas por lo que Donald tendrá que analizar su relación con México una vez haya ocupado el cargo, tal y como sucedió con el Lic Andrés Manuel López Obrador en 2018. Y bajo la lógica que a veces a Donald Duck Trump no se le da, cerrar sus fronteras y poner aranceles a México le costaría más dinero del que a Biden le ha costado financiar a Ucrania. Comenzado por la construcción de un muro de muchos miles de kilómetros.
Para que las drogas dejen de ingresar a EE.UU., Trump tendría que lograr que los estadounidenses dejen de ser adictos pero resulta bastante más complicado que eso. Para que el problema del narcotráfico se termine, se tendría que reinventar la cultura social tanto en Estados Unidos como en Latinoamérica. La televisión y la publicidad venden un mundo falso que hace creer a mucha gente que la delincuencia es la mejor manera de hacerse poderoso. En ese rubro, hay culpa en ambos lados.
Trump e Israel vs Palestina
Tal vez este sea el punto de quiebre ya que Trump es Pro-Judío y su marcado odio a los árabes no es ni secreto ni desconocido pero, he aquí el nudo a desatar. Estados Unidos creó la OPEP para poder respaldar el valor del dólar basado en petróleo y Arabia es el principal productor de crudo en ese organismo. Luego entonces, ¿qué hará Donald Trump teniendo esa mina en el campo económico?. En este caso, el magnate va a tener que aprender a silbar y tomar vino al mismo tiempo porque los judíos lo benefician a él como empresario pero Arabia Saudita y otros Emiratos sostienen el valor de la moneda de Estados Unidos.
Benjamín Netanyahu es el típico funcionario surgido de familias poderosas con poca empatía por el mundo NO Judío y de hecho con un perfil bastante racista e intolerante y no se esmera en disimular su desprecio hacia Palestina. Si se criticara abiertamente el supremacismo de Trump, resultaría un inofensivo ensayo escolar comparado a la xenofobia de Netanyahu.
Trump tendrá que saber jugar bien esta carta porque, si se opina que Ucrania y Rusia nos tienen al borde del holocausto nuclear, Israel no tendría empacho alguno en eliminar al resto del mundo, incluído Estados Unidos.
Trump y Rusia
Trump puede ser todo lo estridente y pernicioso que se pueda querer y su comportamiento puede ser el de una persona estúpida, pero el señor no lo es. A Trump le gusta el control y el protagonismo pero no juega su ajedrez de manera torpe. Donald Trump sabe que hostilizar a Rusia, siendo Trump, escalaría la tensión aún más y un desborde de ánimos envolvería al mundo mismo en una conflagración de proporciones catastróficas.
Vladimir Putin es un soldado formado con todas las bases que exige un modelo marcial de ser humano. Aunado a eso, Putin recibió una vasta cultura propia de la Federación Rusa y de hecho aspiró a ser espía de la KGB en tiempos soviéticos. Donald Trump mientras, creció bajo todos los privilegios de ser hijo de familia con mucha prosperidad y facilidades y sus habilidades deportivas son de élite. Y probablemente esté muy lejos de una educación militar a la altura de Putin pero su destreza en negociación está totalmente a la altura de la del líder eslavo.
Si existe un ser humano en este planeta con el que Donald Trump va a pensarlo dos o más veces para hostilizarlo, ese es Vladimir Putin.
Trump y Ucrania
En el post pasado se publicó una meme ironizando a Joe Biden con la frase "Ganamos el Estado de Ucrania". Dicha broma es una ironía cantada. Joe Biden y su administración se encargaron de apoyar a un país en virtud a sus recursos disfrazando dicha ayuda de "Apoyo Democrático". A pesar del discurso de "Justicia" de la Unión Europea y del propio Biden, la realidad es que la necedad de Volodimir Zelensky para pertenecer a la OTAN obedece más a una necesidad expansionista del mundo sajón que en un real apoyo a Ucrania.
Como se ha dicho ya en este blog, el problema NO es Ucrania como nación sino el grupo de poder que controla a ese país: Azov y Zelensky. Una camarilla de ignorantes que creen en el "Patriotismo" de una manera muy propia de Adolfo Hitler y que en su vida han ido más allá de los Cárpatos y cuya mejor lectura no pasa de algunas páginas subrayadas de "Mein Kampf". Aspiracionistas que creen que el "American Way of Life" es la respuesta pero desde luego a través de una dictadura sostenida por el occidente.
Una comparación absurda en apariencia pero real en fondo son Claudia Sheinbaum y Vladimir Putin en sus respectivas reacciones al triunfo de Donald Trump. Ambos decidieron esperar el tiempo pertinente legal para considerar a Donald Trump como el próximo Presidente de los Estados Unidos, en tanto Zelensky se apresuró a felicitar al millonario Trump.
Luego entonces Zelensky quiso aplicar aquello de "No es más importante ser el mejor sino ser el primero" y trató de asegurar la simpatía de Trump levantando la mano de manera rastrera, que es el estilo de Zelensky, como diciendo: "A sus órdenes amo". La categoría de segundo nivel del mediocre comediante se dejó ver en el momento en que, contrario a lo que él deseaba, fue Donald Trump el ganador de los comicios.
En resumen
Donald Trump es el resultado de lo que Estados Unidos creó y en muchas cosas tiene razón, en otras no, pero definitivamente era el dique que Estados Unidos necesitaba para detener la marea de problemas que provocó la falta de habilidad y poca moral de Joe Biden. Kamala Harris no era muy diferente en contexto pero en su caso habría sido como dejar el país norteamericano en manos de una colegiala yuppie de secundaria.
No me alegro ni me deprimo si ganó Donald Trump, ni él ni Harris me caen bien, pero es verdad que, si bien ambos son nefastos, Trump era el "Menos Peor".
Es cuanto
Messy Blues
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