Vicente Fox, la caída de un sueño

El alguna vez mítico y esperanzador personaje que cavó su propia tumba política

Entre enero y julio del año 2000 no fuimos pocos los mexicanos que adorábamos aquel personaje botudo y de lengua suelta que nos echó al bolsillo y que nos hizo querer un México de cambios y realidades que aquellas generaciones cercanas al rock y la contracultura ortodoxa tanto anhelábamos y que tanto detestábamos al salinato. Abuelos, padres y nietos mayores de edad preparábamos nuestras credenciales para votar por quel vaquero del pueblo que se había ganado nuestra confianza.

Aquella marcha triunfal del mismo 2 de julio, casi 3, del 2000; incluso en casa de un servidor tuvimos una modesta pero feliz celebración de que nuestro gallo giro le hubiera puesto en su madre a 70 y tantos años de neoporfiriato y el romance entre un sólo hombre y el pueblo más grande de latinoamérica prometía un idilio de cambios que rompió precedentes.

Vicente Fox, el revolucionario guadalupano, había vencido con su simpatía a todo un régimen de represión y crímen que había caracterizado al PRI. Hoy, siete años después, las cosas no simplemente cambiaron, se mutaron. Hoy, hoy, hoy tenemos a Vicente Fox como uno más de los expresidentes que llevaron al país a su peor inclinación de crísis y, peor aún, los que en el 2000 eran menores, hoy viven en su mayoría de edad en el desengaño y la apatía social mas cruda y deprimente que el país haya vivido en toda su historia.

Hoy, gracias en parte a aquel vaquero que nos levantó el ánimo, México es el país mas dividido y polarizado del continente debatiéndose entre el papel de saqueado y sitiado por propios y ajenos y el papel de mártir de las Ámericas como en su momento lo estuvieorn países hermanos en los años cincuentas, sesentas y setentas contra figuras como Batista, Somoza, Perón, Pinochet y un sinumero de dictadores al servicio de la derecha norteamericana.

Hoy solo ciertas clases sociales creen realmente que Felipe Calderón haya ganado de manera legítima y sus huestes, reducidas en número pero superiores en infraestructura, mantienen un cerco psicológico que desconcierta y en algunos casos hasta atemoriza a los posible simpatizantes del lado opuesto (que omito aquí esta vez por mantener cierto equilibrio en mi nota). Si bien es cierto que ambos movimientos han llegado a la exageración en su celo, también es verdad que el "Gobierno" actual sufre de un buen nivel de cuestionamiento por parte de las masas y su relación con los medios que le ayudaron a subir no es precisamente la mejor y promete una peor crísis.

Pues el Hoy del PAN es consecuencia del ayer de Fox y su desmedido afán de poder crucificó al blanquiazul y lo llevó al ojo del huracán que está a punto de destrozar lo poco o mucho de honorable que hubiera o pueda tener. Fox resultó ser la fachada para cubrir a un grupo de poder que utilizó al tradicional panismo para hacerse del control y hoy precisamente, el propio Fox logró, ya siendo un civil normal, destapar la cloaca del fascismo y poner a esas masas que lo apoyaron en contra de todo lo que represente connotación panista.

Logró el caballero de San Cristobal dejar al descubierto dos cosas muy importantes: La mafia que lo ayudó a elevarse y que en Acción Nacional hay dos clases de gentes la real y la oportunista. Antes de que el lector se equivoque y piense que estoy simpatizando con el PAN, le aclaro que no es así pero siempre he mostrado sentido común y siempre he reconocido que aún en el blanquiazul existen personas que merecen mi respeto, contadas pero existen.

Hoy se da la noticia de manera oficial de que en Veracruz fue derribada una estatua de Vicente Fox que debió haber sido inaugurada hoy y se le atribuye todo a una iniciativa del PRI tratando de convertir esto en una confrontación política cuando en realidad y muy en el fondo usted y yo sabemos que se trata del encono social, del dolor de un pueblo defraudado, de la respuesta a un hombre que no supo apreciar el amor de un pueblo que creyó en él.

Vicente Fox tuvo dos vicios que lo convirtieron en el personaje odiado de hoy, el licor y la vanidad pero el último es al que realmente es adicto entregado. La bebida nunca fue problema para él (y quienes lo conocimos en persona y llegamos a convivir con él sabemos eso) pero el primer plano y la necesidad de notoriedad hicieron característico a Vicente Fox, de hecho eso fue lo que convenció a México durante su campaña. Otro problema de Fox fue su influenciabilidad y lo fácil de manipular que resultó por parte de sus allegados especialmente una persona trepadora social como Martha Sahagún quien, de modista y comerciante, pasó a ser nada menos que la soberana de un país que crecía a pasos lentos pero que crecía mal que bien. Lo logró metiéndose en la cama del Presidente más soñador y manejable que México haya tenido.

Pero Martha no fue el único error de Vicente Fox. El repentino poder del que se vio dueño lo mareó y descubrió lo fácil que para un Presidente resulta mover los hilos de la nación a su antojo y escubrió el Sr Fox que Andrés Manuel López Obrador era una piedra en el zapato a la que había que poner fuera y que López Obrador podría ser el peor oponente aún después de su salida como presidente.

AMLO representó para Fox el némesis temido tanto porque quería a Martha como sucesora como por la probable amenaza de que, reconocido AMLO como Presidente, la persecución a las movidas chuecas del sexenio no se haría esperar. La parte que Fox no calculó fue el ánimo de las masas marginadas, las que curiosamente votaron religiosamente por él (el lector se sorprendería mucho de saber que muchos de los hoy apoyadores de Calderon detestaban a Fox en su momento) y hoy existe un disgusto generalizado hacia él y, peor aún, su gran boca no le está ayudando mucho que digamos y hasta se ha granjeado la crítica de los extranjeros a lso que trata de adoctrinar.

Fox se ha ganado a pulso ser considerado un quijote que no sabe exactamente lo que quiere pero como su figura aún es capitalizable, Manuel Espino aún exprime su prefabricado carácter de mártir mundano que tiene ante ciertas élites católicas y algunos poderosos del Opus Dei. Una parte muy cuestionable precisamente en talante religioso es, si a uno como ciudadano común le niegan divorciarse y volverse a casar por la iglesia, cómo es que Roma tranquilamente le permitió a Fox casarse con una señora que aún hoy no ha comprobado su divorcio de Bibriesca???????.

Hoy cayó la estatua del Fox en Boca del Río Veracruz, puerto que él ama y adora por "mexicanote" según dijo alguna vez, puerto que hoy demuestra cuanto lo odia. Hoy comienza otro capítulo de confrontación entre derechas de élite, insisto, y las masas que en su momento no tardarán de etiquetar como "Izquierdistas", "agitadores" y/o "Simpatizantes de López Obrador". Creo que lejos de alegrarnos a los que somos ProPejes y a los que son ProFecal esto debería hacernos pensar mucho en si estamos haciendo lo correcto confrontándonos entre mexicanos y me atrevo a hacerme la pregunta porque mientras Calderón y Fox hoy desayunaron excelentemente, muchos de nosotros, en ambos lados, estamos preocupados, algunos por deudas fuertes, otros por saber si comeremos hoy.

La caída de la estatua de Fox representa algo más que un choque partidista, representa un pueblo que está hasta el gorro de abusos y demagogias, del lado que sea.

Messy Blues